La Potencia de un Clásico | Sebastián Cattán
Hoy en día el entendimiento de qué es un clásico está un poco desdibujado. Uno de los motivos es que hay una oferta tan grande y abunda tanto material de todo tipo, que convertirse en un clásico y entrar en el podio es realmente difícil.
Hace algunos años, en Buenos Aires, vi al payaso Chacovachi realizar lo que se puede denominar ‘un clásico’. Chaco posiblemente sea uno de los mejores payasos de la época, de tal manera que, si algún día ven ese nombre en la cartelera, no duden en ir a verlo. En aquella ocasión, en el escenario del tradicional circo criollo de C.A.B.A., Chacovachi se subió a un triciclo diminuto y pedaleó por el escenario. ¿Hay una imagen más clásica del circo que un payaso sobre un triciclo pequeño? Incluso puede ser difícil de entender por qué es un clásico. Yo mismo pensé, prejuiciosamente, durante mucho tiempo que no tenía ninguna gracia ni sentido. Todo cambió cuando vi a Chacovachi hacerlo. No puedo explicar las carcajadas de ese día. Fui abofeteado por lo maravilloso de ver ‘un clásico’ realizado con una experticia única, a la cual solo se accede con trabajo, tiempo y talento.
Body Rhapsody
El día 1 de junio, en el Teatro Sucre, tuve la oportunidad de ver un clásico del teatro, cuando el maestro Hugo Suárez presentó Body Rhapsody para un público que inició compuesto por un 50% de niños y un 50% de adultos, y terminó con todos convertidos en niños.
La primera vez que supe de Hugo e Inés fue en 2010; en ese entonces las plataformas de internet aún no estaban tan monstruosamente instaladas y no era muy común encontrar material de teatro. Un profesor, en busca de ejemplificar lo bello de los títeres, nos hizo ver un vídeo de YouTube con el nombre La Santa Rodilla.
15 años después de ese vídeo, confirmo lo que ya supe en su momento: sin lugar a dudas, ese trabajo de títeres entrará en la historia del teatro; se ha ganado un lugar en el podio. La emoción me desborda, al igual que a todos los otros niños en el evento. Su potencia es arrolladora y uno no tarda en darse cuenta de que está frente a un clásico. La destreza, la poesía, el humor, la belleza y esa magia tan única que tienen los títeres se hacen presentes y se instalan desde el momento cero.
Si bien su pelo es más blanco que en aquel vídeo, a su técnica no le ha pasado ni un día. El juego de mimo que hace es sumamente placentero de ver; es sensible y juguetón, y le devuelve al terreno del mimo algo que últimamente se extraña: la humildad. El mundo que crea con sus títeres goza de algo muy particular, una mezcla entre precisión y suavidad con la que Hugo consigue desaparecer para así brindarles el lugar protagónico a sus creaciones y, sin embargo, reaparece siempre en el momento justo para recordarnos que el teatro ocurre con el otro.
Body Rhapsody
Cada momento, cada personaje, es tridimensional. No se necesita explicación. En los pocos minutos que dura cada escena, uno recibe una dosis de humanidad que renueva el ánimo y nos hace mirar con mayor dulzura el mundo.
Durante cerca de 50 minutos sonrío, me enternezco, sueño. Puedo apreciar la pareidolia utilizada/aprovechada en su máxima expresión. Hugo nos lleva por un crisol de personajes poéticos y conmovedores, que surgen repentinamente ante nuestros ojos. Donde suele haber una barriga, una rodilla o una mano, ahora vemos señoras, niños y hombres. Donde había partes del cuerpo, ahora vemos humanidades completas y complejas. No solo las vemos, sino que nos identificamos. Vemos en esos seres un paisaje social.
Body Rhapsody
Poder ver, por primera vez, este trabajo en vivo me brindó una experiencia que no había podido capturar en ese viejo video de YouTube. En el video resaltaban la técnica y la creatividad; sin embargo, en vivo aparece algo mucho más sensible. Hugo, en su abanico de seres, logra que todos festejemos la vida. Nos olvidemos de los prejuicios de la forma, pues sus personajes se alejan de la belleza hegemónica y se repletan de la belleza esencial. Nuestro reconocimiento propio en aquellos personajes borra la máscara social. No nos molestan sus ‘deformidades’ pues estamos muy ocupados celebrando que estén vivos. Qué importante darle valor a la vida en este contexto violento que vivimos.
Gordon Craig solía decir que la marioneta es el mejor actor, pues es el único que realmente puede morir en escena. Pienso ahora que esa misma idea engloba el hecho de que la vida de la marioneta es un fenómeno realmente único y difícil de conseguir. Esa capacidad solo la tienen los títeres/titiriteros (los nombro juntos, pues no sabría separarlos).
Body Rhapsody
Sentado a pocas butacas se encontraba Patricio Estrella. Tuve el impulso de agradecerle, pues él me brindó esa misma sensación en muchísimas ocasiones y siempre de manera tan poética. Varias veces aplaudí de pie El Quijote, de La Espada de Madera. A la salida no supe qué decirle, pero lo saludé con la mirada, grata y feliz de verlo.
Caminando luego de la función pienso que me hubiese gustado que aparezcan algunos personajes que no estuvieron, tal vez porque no son parte de este show, pero que uno de todos modos tiene la ilusión de ver. Similar a cuando asistimos al recital de una banda y queremos que toquen los temas que más nos gustan. No es culpa del artista, sino del espectador que sabe que no los va a poder volver a ver en el tiempo cercano.
También pienso que me hubiese gustado que dure más y me cuestiono si ese comentario es a causa de que, al ver algo tan lindo, uno no quiere que se acabe nunca. Gana el deseo de seguir presenciando ese tipo de trabajos escénicos tan vitales, que nos invitan a ver el mundo desde otra perspectiva, que nos conectan con lo esencial y nos renuevan el interior. También pudo ser el hecho práctico de que las funciones para niños no suelen durar tanto. Si fuese ese el caso, yo lo repensaría.
Un gran acierto por parte del Festival Con Bombos y Platillos y del Guagua FIEQ traer este espectáculo.
Ficha Tecnica
Teatro Nacional Sucre
#guaguafieq2025
24 Festival con bombos y platillos
Obra: Body Rhapsody
Grupo: Hugo e Inés
Pais: Perú
Junio 2025
Sebastián Cattán: actor, director, y sobre todo, un dramaturgo que inició su oficio a la par que su carrera en las tablas.
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